
En nombre de la religión se han hecho muchas barbaridades, y como respuesta ha recibido también lo suyo: en determinadas épocas eran las iglesias las que ardían en la hoguera.
Parece que siempre nos tenemos que ir a los extremos y acabar haciendo el animal.
Queremos quemar. 2007. Lápiz de grafito sobre papel. 21 x 28 cm.
No hay comentarios:
Publicar un comentario