
Es tremendo el tiempo de las campañas electorales. Hay demasiado vocerío, empujones y codazos.
Al margen de eso lo que habría que tener claro es que, si un candidato como Flegias se presenta a unas elecciones, no deberíamos concederle ninguna oportunidad. Por el bien de todos.
No queremos a Flegias. 2008. Lápiz de grafito sobre papel. 21 x 28 cm.
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