
Hay a quien las diferencias genéticas se le suben a la cabeza.
Y aún peor, un personaje feo y con un bigote negro puede llevar a las masas a ensalzar la raza aria y unas virtudes genéticas que ni él mismo tenía. Y ya sabemos cómo acabó la cosa.
¡Vaya con el albino! 2007. Lápiz de grafito sobre papel. 21 x 28 cm
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